¡Hola a todos! Quiero agradecer a aquellos
que han puesto su voto en mi nominación para los premios RoB Galand TvV 2012.
Por mi parte yo también he votado.
Si fuera que alguien más desea votarme, hoy 5
de Mayo es el último día para hacerlo porque cierra la votación.
Solo deben enviar un e-mail a
rob.dangal.tv@gmail.com
Asunto: Nominación
Texto: Mi voto es para
http://nidaeldore.blogspot.com
Desde ya muchas gracias
ESCARABAJOS EN LA PIEL
El murmullo reinante se fue congelando en un
invierno abrupto a medida que la gente se iba percatando de su presencia, El
círculo de un reflector baño por
completo su figura con luz, erradicando las
tenebrosas sombras que la envolvían. La música subió ensortijada por las
serpentinas de colores que colgaban desde lo alto llenando el aire de un sonido
chirriante, repetitivo y tenaz.
Adriana tenía plena conciencia de la
multiplicidad de iris, allá abajo, que como el ojo gigante de una abeja se afanaban por mirarla, Una recurrente sensación
de escarabajos recorrió toda su piel arañando desde su nuca hasta la curva más
baja de su espalda. Confiaba que, a la distancia, no se notaría la rigidez de su
rostro ni el tembladeral de sus rodillas cuando el pavor la embargaba
Avanzó unos pasos, ceñida en su traje azul de
lentejuelas, para detenerse al borde de la tablilla, con un pie delante del
otro, sus manos en la cintura y la barbilla levantada en un gesto de altivez
propio de una moneda recién acuñada.
La brusca variación de la música disparó el
alerta, Tensó, sin quererlo, los músculos del cuerpo y el sudor llenó de rocíos
sus palmas. De nuevo los escarabajos trepaban sus flancos, pegajosos, persistentes,
cortando su respiración, asfixiando su garganta.
Entonces… lo vio a él, enfrente, con sus
brazos extendidos comenzando su movimiento desde sesenta pies de distancia…
Vio la mirada en sus ojos con sus -“Aquí
estoy”- y - “Ven. No tengas miedo”- Y fue para ella una promesa de esperanza.
Sin siquiera pensarlo, extendió ella también
sus brazos y, entre los puntos suspensivos de un tambor en redoblante, se lanzó
hacia la nada…
Su cuerpo flotó un momento en el aire. Como
una pluma en el viento… un pájaro suspendiendo su aleteo… un delfín al final de
su parábola…
Y cuando caía… lo vio llegar. Boca abajo.
Pendulando. Manos abiertas en la atrapada…
Un tirón entre sus hombros fue el indicio del cumplimiento de su
promesa. La fuerza viril de sus manos lograron sujetarla. Volvió a ser
feliz. Por una fracción de segundos
cerró sus ojos. Un paso vertiginoso de imágenes ocupo su mente, como una
película que se suelta, en plena función, del carretel que la contiene y deja
que la historia se precipite, toda junta, en avalancha: La tarde en que se conocieron. Su
primera cita. El primer beso. La invitación a seguirlo donde quiera que él
marchara. El vértigo. El miedo. Los escarabajos. El mismo miedo que sentía en
esos momentos en que su vista se nublaba entre el azul y blanco de las franjas
del techo y las decenas de atentas miradas que la siguen subyugadas en el
desarrollo de esa danza aérea, en el dibujo etéreo del pincel de su cuerpo, ora
flotando, ora atrapada.
Él la columpiaba consigo y la volvía a
lanzar… alto, bien alto… donde las sombras la engullían nuevamente en la
tenebrosa oscuridad, poblada de esos escarabajos
que la arañaban. Para volver a caer, al
regresar el columpio y sujetarse a sus brazos, oportuna, segura, confiada.
¿Cómo decirle cuanto lo amaba? No encontraba
mejor manera que ésta. Entregarse dócilmente a vivir esta vida de circo. Una
hoja frágil y temblorosa atrapada por los vientos, entre giros y mecidas. De
amor entre carromatos, De oscilantes columpios, polvos de resina y tablillas
colgadas.
Llegado el final de su acto, Adriana, buscó el piso seguido
por él. Un elegante saludo al público y entre aplausos y silbidos se escurrieron detrás de
las lonas de la carpa. Ella iba sonriente, tomada de su brazo. Ya no había
miedo, ni escarabajos, al menos por hoy. Mañana… sería mañana…
Dralion, Double Trapeze (Cirque du Soleil)
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